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27 mayo 2015

Yo-yo de saliva

Cuando era chico y tomaba Seven Up, la saliva se me transformaba en el mejor juguete. Como que se me formaba una especie de lagartija pegajosa y elástica.
Entonces comenzaba con mi gracia. Lanzaba esa lengua de víbora y jugaba a llegar cada vez más lejos. La sacaba y la volvía a meter como un yo-yo de saliva, como un bungee jumping de garzo.
Jugábamos competencias: Algunos no llegaban tan lejos y a otro se le cortaba en pleno acto, una parte de la saliva se perdía en el abismo de la vereda y la otra, fría, volvía de un latigazo a la boca.
Yo me mantenía estoico, con mi escupo, sacando y volviéndolo a meter. Así toda la tarde.
Era un as de la maniobra salival, una mezcla perfecta entre hombre y serpiente.
Para que se den cuenta de mi increíble destreza: un día estiré tanto, pero tanto el yo-yo de saliva que llegué a rozar el piso.

Sebastián Culp
2015

10 mayo 2015

La ruta de la Fugazzeta - Top 5

Crónicas escritas con mucha hambre de gloria. Y también con mucha hambre, a secas. 
Culp & Yañez

Nos pusimos una meta: Recorrer todas las pizzerías de Buenos Aires en busca de la mejor Fugazzeta rellena al molde... Y ya que estamos también de la mejor Mozzarella, y bueno, tampoco podemos dejar afuera a la Fainá, pobrecita, ahí sola.

¡Todo concluye al fin, tooodo termina. Tengo que comprender, no es eterna la vida!

Sí, amigos, acá termina La Ruta de la Fugazzeta
Caminamos bocha, pateamos las aceras, pateamos tachos de basura y cantos rodados. Caminamos como turistas, en una ciudad que conocemos de toda la vida, con un papelito (con la lista de las pizzas) como GPS.
Nos movía el hambre y la curiosidad.
Comimos mucho:
Después de 15 pizzerías (Hubo más y algunas, más de una vez)
Después de 1 año y monedas
Después de 118 aceitunas
Después de 2.3 kilos de orégano
Después de 7 cebollas
Después de 19 litros de cerveza
Después de 1,51 GB de fotos de pizzerías
Después de varios kilos de más. (Hablá por vos, Lucila, yo estoy impecable)
Después de 27 pares de media y 1 colirio
Llegamos al final.

Gracias a todos los que nos acompañaron leyendo, comentando, recomendando.
Gracias a los que se sumaron a la arduísima tarea de degustar las diferentes pizzas.
Y sobre todo gracias por el gusto de comer pizza, que es lo que importa.

Pero que no decaiga. ¡Hop hop, arriba! ¿Se acuerdan de “Hop-Hop” con Raúl Portal? Programón.
Bueno, no nos dispersemos, acá, lo que importa:

N° 5 San Antonio
Gracias a Pablito conocimos este legendario boliche. Mucha gente, barullo, cuarto de espejos, pero una pizza riquísima. Para ir y volver, y volver a ir, pedir de más y llevarte las sobras (al día siguiente la masa sigue siendo un pedazo de nube).

N° 4 El Palacio de la Pizza
Ya llegando a la recta final, dimos con esta pizzería. La más austral de la calle Corrientes. Sorprendió por su simpleza y finura. Pero así y todo, un sabor impresionante.

N° 3 Pin Pun
El hallazgo: No lo teníamos en ninguna lista, nadie nos lo había recomendado. Lo veíamos siempre desde el bondi y un día decidimos bajar. Un gol de media cancha. Riquísima Fugazzeta, esponjosa mozzarella y una perfecta fainá.
La verdad, cuando con el comité decidíamos las posiciones estuvimos en la duda con el 3er puesto. ¿Pin Pun o El Palacio de la Pizza? Para definir fuimos a Pin Pun (qué jodida que es la vida, ¿no?). Ya con el segundo bocado, la legendaria pizzería de Corrientes y Medrano tenía el Bronce.

N° 2 El Fortín
Una cosa descomunal. Mucha gente, largas esperas, mesas pegaditas, si llegás tarde quizás no haya Fugazzetta, pero el horno y la “mano” hacen de esta pizza una cosa increíble. Un sabor ahumado cuasi aparrillado que te agita el paladar. Te da algo que no te esperabas. Te sacude, y claro, da en el blanco.

N° 1 Las Cuartetas. 
La indiscutida. La mejor de la calle Corrientes y a nuestro juicio, paladar, estómago, mente y espíritu. La mejor del condado, la número 1, the one, la elegida, la incunable, la impoluta. Queso fresco (que lleva la Fugazzeta, ya deberían saberlo) y mozzarella de primera. Cocción magistral. Abundancia controlada. Un puto 8 (sobre 8 porciones).

Bueno, vamos cerrando el boliche.
Vamos apagando las luces y levantando las mesas.
Destacamos una cosa: lo más lindo del mundo era ir a un encuentro con amigos, cumpleaños, familia, fiesta o evento social cualquiera, y que la charla obligada fuera nuestra Ruta de la Fugazzeta.
Tomá.
¡Espectacular!
Impagable.
Eso es ganar.
Lo demás es tocuen.

¡Recontra mil gracias!
Estamos hechos.









06 mayo 2015

Cachos de Realité

HOY: 2x1 para tirar al techo

Colectivo 113
Sábado 20:53Hs.
Algún punto del recorrido Barrancas de Belgrano-Flores

Íbamos muy tranquilos sentados en el bondi. MUY TRANQUILOS, que se entienda bien. ¿Entonces qué hace uno cuando está tranquilo? Escucha a los demás; para la oreja, fisgonea; mete las narices donde nadie lo ha invitado. Bueno.
Estábamos en los asientos de dos cuando, de pronto, un dulce sonido proveniente de los asientos de atrás nos empieza a acariciar los oídos.

ÉL: A mí no me gusta la manzana en ensalada de fruta. Me gusta sola, y que sea deliciosa. 
ELLA: Pero si siempre hago compota y te gusta. Y esa es verde.
ÉL: Pero no me doy cuenta que es verde en la compota. 
ELLA: Bueno, pero entonces te gusta la manzana verde.
ÉL: No, no me gusta.
ELLA: Pero si en mi compota te gusta. Entonces no te la voy a hacer más.
ÉL: A ver... ¿Cuál es el problema, Mirtha? ¿Tenés ganas de discutir?
ELLA: No, pero tenés que reconocer que te gusta la manzana verde.

La charla siguió.
Luego silencio.
Después de un rato se pararon medio perdidos, Él le preguntó donde bajar al colectivero; más luego dudaron, miraron las calles como quien busca reconocer un lugar, y finalmente, sí, bajaron.

Cabe destacar que Él llevaba consigo dos kilos de helado Freddo. Obvio que hicieron el 
2x1 de Club La Nación o usaron ese cupón que te dan en los supermercados.
En un esfuerzo tomamos la mejor foto posible que completa el cuadro de situación: Parece que no sólo el helado lo compraron con ofertas 2x1.