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17 marzo 2015

El padre de mi madre #4

Mi abuelo fue un hombre muy peculiar del que siempre he escuchado las anécdotas más insólitas. Roberto Roca, al que apenas conocí durante un año, dejó en mí una curiosidad eterna.
Tengo una sola imagen vívida en mi cabeza: yo estoy sentada sobre su regazo, mi hermana (4 años mayor) se pavonea tocando el piano y se desquicia cuando él improvisa una canción sobre un soretito que camina por la calle.
Aquí comienza un repaso breve de lo que he podido escuchar, preguntar y retener en mi memoria durante estos años.
Ojalá lleguen a quererle tanto como yo.
Lucila Yañez

ANÉCDOTA FUGAZ #4:
Durante un veraneo en familia, mi mamá y mi abuela iban a asistir a un baile que daba el hotel en el que estaban hospedados. Sin embargo, mi abuelo dijo que prefería quedarse en la habitación y descansar. Ya empezada la fiesta irrumpió en el salón un misterioso árabe que bailó toda la noche.
Túnica blanca, barba abultada, sí, era él.


¡No se permiten Raphaeles!


04 marzo 2015

El padre de mi madre #3

Mi abuelo fue un hombre muy peculiar del que siempre he escuchado las anécdotas más insólitas. Roberto Roca, al que apenas conocí durante un año, dejó en mí una curiosidad eterna.
Tengo una sola imagen vívida en mi cabeza: yo estoy sentada sobre su regazo, mi hermana (4 años mayor) se pavonea tocando el piano y se desquicia cuando él improvisa una canción sobre un soretito que camina por la calle.

Aquí comienza un repaso breve de lo que he podido escuchar, preguntar y retener en mi memoria durante estos años.
Ojalá lleguen a quererle tanto como yo.
Lucila Yañez

ANÉCDOTA FUGAZ #3:
Una clienta de su mueblería lo visitaba asiduamente porque él estaba diseñando todos los muebles de su casa. Cada vez que se veían, la mujer elogiaba una banqueta que le encantaba. Mi abuelo le decía: “La banqueta sale dos mil pesos”, y ella le respondía: “Roca, me está haciendo todos los muebles de casa, hágame un descuento y me llevo la banqueta”. Así, día tras día. Mi abuelo le decía oootra vez: “La banqueta sale dos mil pesos”, y ella le respondía una vez más: “Roca, me está haciendo todos los muebles de casa, hágame un descuento y me llevo la banqueta”. Cuando mi abuelo terminó el último mueble para esta clienta, la mujer le dijo: “Roca, hizo todos los muebles de casa, hágame un descuento y me llevo la banqueta”, y mi abuelo le dijo: ¿Le gusta mucho, no? Bueno, se la regalo, ¡pero la banqueta sale dos mil pesos!


La ruta de la Fugazzeta #11

Crónicas escritas con mucha hambre de gloria. Y también con mucha hambre, a secas.
Culp & Yañez

Nos pusimos una meta: Recorrer todas las pizzerías de Buenos Aires en busca de la mejor Fugazzeta rellena al molde... Y ya que estamos también de la mejor Mozzarella, y bueno, tampoco podemos dejar afuera a la Fainá, pobrecita, ahí sola.

HOY: Güerrín
Av. Corrientes 1368

Día de semana, creo que martes.
Fuimos otra vez con amigos. Está vez 9 en total.
Aguardamos mesa en el entrepiso, pero como se empezó a juntar mucha gente liberaron el primer piso. No así el horno (hay un horno por piso), sino que seguían cocinándolas abajo y las subían con un elevador exclusivo de pizzas. ¡Hermoso! Ya que según cuenta la leyenda, la posta es comer en planta baja porque el horno de ahí es el mega original y el maestro pizzero es el que la sabe lunga. Ya veremos.
Éramos 9, 4 parejas y la hija de una de ellas.
Vaya uno a saber por qué, nos sentamos todos los hombres de un lado y todas las mujeres del otro. Muy bueno para una postal o para algún tipo de competencia bien machista de hombres contra mujeres.
Ahí nos preguntamos si los mozos prefieren muchas mesas de 2 o una de 8, porque la verdad es que nos pintaron la cara. Nos atendieron a “su” ritmo. Y eso fue un ritmo desganado, cansino y repleto de sucesivos “oooole”.
En fin.

Pedido
1 Grande mitad mozzarella-mitad jamón y morrones (Media masa tirando a bajita)
1 Grande de Fugazzeta rellena
1 Grande de mozzarella (al molde)
Un par de fainá
Cervezas varias, alguna que otra gaseosa y moscato.

Ubicación
En el salón: Primer piso, pero horno de planta baja.

Servicio
La mesa bien. Al liberarse el primer piso estábamos cómodos, había gente, pero para nada lleno. Lo que sí, una brisa más bien fría y molesta se nos clavaba de lleno en la nuca. Pedimos que la apaguen por la preocupación de Lucila: “Se nos va a enfriar toda la pizza”, qué tierna, ¿no?, pero nos engrupieron diciendo que era refrigeración general y que si la apagaban podría colapsar el universo en medio de una paradoja espacio-climática.
Como adelantamos al comienzo, los mozos se tomaron su tiempo en atendernos, pero una vez que lo hicieron el ritmo fue parejo y constante.
Sobre el final, nos adentramos en la cocina con Gustavo para charlar cuestiones de la masa y tratar de arrebatar algún secreto del maestro pizzero.
El cocinero nos dio algunos “tips” pero la verdad es que hablaba con una papa, una batata y un zapallo en la boca, y entendimos la mitad de lo que dijo. Lástima.

Calidad
La mozzarella al molde es un puto espectáculo para alquilar palcos vip. La mozzarella además de muy sabrosa, está horneada de manera cuasi perfecta. Parece hecha a mano, esculpida por finos artistas del Renacimiento. No así, la salsa. No es que sea fea. Pero no llega a su punto máximo. Queso entre blando por dentro y apenas, muy apenas, crocante por fuera.
La Fugazzeta, en términos generales, gustó. Viene bien cargada y lista para disparar, a algunos amigos-acompañantes de la Ruta... les gustó mucho, dicen que encuentran como un ahumado muy sabroso. A nosotros no nos enloquece. Ese ahumado se siente apenas, pero no se acerca a lo degustado en “El Fortín”.
Quizás Güerrín podrá ser el Dios de la mozzarella, no así de la Fugazzeta. Ojo, para nosotros.

Precio
Abultado. Pero al ser muchos se amortiza: $110 per capita.

Puntaje (Sobre 8)
6 porciones y media

Conclusión: 
Sabemos que hay muchas fanáticos fundamentalistas de este sello indiscutible de la pizza porteña, y está bien. El lugar tiene toda esa magia, esa liturgia, a nosotros, no nos llega a obnubilar con sus luces de neón y su renombre. Dicho esto, coincidimos en que si estamos por corrientes haciendo un trámite o simplemente paseando haríamos parada en Güerrín. Pero para comer de parado unas porciones de muzzarella, fainá y alguna empanada que no probamos, pero que tienen más pinta que Brad Pitt en Leyendas de Pasión.