Seguidores

20 enero 2016

A la hora de la siesta #2

Por Lucila Yañez

Corría la década del ´80 y la siesta aún se practicaba como si de una religión se tratara. Los adultos yacían inconscientes y los niños gozábamos de esa anarquía vespertina. Mi hermana, cuatro años mayor, desplegaba su espíritu maquiavélico sirviéndose de mi pavota ingenuidad.

#2
Primer amor

Por ese entonces, yo estaba perdidamente enamorada de un galán televisivo. Sí, yo amaba a Marco Estell como nunca antes había amado —igual convengamos que sólo tenía 5 años—. Dolores me dijo que si tomaba el tren hasta Retiro podría encontrarme con Marco. Para semejante ocasión, me hizo vestir con harapos: una pollera larga, un pañuelo en la cabeza y —como si ese vejamen no fuera suficiente— recuerdo que también me dio una escoba con la que me hizo barrer el patio. Tras someterme a sus extraños juegos mentales opté por escaparme con rumbo a la estación. Ella tuvo que seguirme por la calle y persuadirme de la idea que ella misma había sembrado en mi cabeza.

Continúa

[Material de BF #4]
Compren, compren, compren:

No hay comentarios:

Publicar un comentario